jueves, 13 de diciembre de 2012

EL CARNICERO DE KANSAS


Robert Berdella, un estadounidense nacido en 1939 comenzó siendo un joven homosexual aparentemente normal aficionado a la fotografía y el cine. Pero en la adolescencia fue violado por un compañero de trabajo y a partir de ahí cambió su vida. Comenzó a tomar drogas y alcohol de una forma alarmante y aumentó su pasión por el cine y la fotografía, hasta el punto de afirmar que una película le cambió la vida "El coleccionista". Esta película narra la historia de un hombre que secuestra a una mujer por la cual está obsesionado y la mantiene encerrada hasta conseguir que ella sacie sus deseos.

Robert años después afirmó que esta película fue su revelación. Con los años empezó a trabajar de cocinero en un bar pero lo dejó para poner su propia tienda de artículos góticos. Tuvo una relación seria pero fracasó y comenzó a frecuentar prostitutos hasta el punto que compartió piso con algunos de ellos para intentar que dejaran ese trabajo.

Pero lo fuerte viene ahora, Robert tenía un amigo (Jerry) desde hace muchos años y dicho amigo le debía dinero pero no le pagaba y decidió cobrarse él mismo la deuda. Le dijo que fuese a su casa y lo drogó hasta que perdió el conocimiento y comenzó a sodomizarlo introduciéndole un pepino en el ano hasta desgarrarlo, lo colgó del techo y comenzó a hacerle heridas para que se desangrase y como no moría se dedicó a cortarlo en pedazos con un cuchillo de cocinero pero se le hizo muy difícil y sustituyó el cuchillo por una sierra eléctrica hasta que Jerry comenzó a vomitar por el dolor y terminó ahogándose. Lo terminó de despedazar y lo arrojó al cubo de basura y lo peor es que sacó fotos de su tortura con su cámara (pero no expondré dichas imágenes).

Y comenzó a hacer lo mismo con otros hombres, solía seguir el mismo ritual y los drogaba y al final los despedazaba, lo único que cambiaba era la forma de tortura. Al segundo hombre le inyectó un líquido muy fuerte en los ojos y también le daba palizas. Al tercero le daba descargas eléctricas, y así se sucedieron varias víctimas todas con terribles torturas y recolectando imágenes de todas las torturas. 

Hasta que su último secuestrado consiguió escapar y avisar a la policía, Robert se negó a que la policía entrase en la casa pero obtuvieron una orden judicial y esto es lo que encontraron: Trozos de cuerda, aparatos eléctricos, gotas para los ojos, drogas, revistas pornográficas, jeringas llenas de sangre.. Pero lo sorprendente fue lo que encontraron en una habitación, las fotografías ya mencionadas, cráneos, dientes, una columna vertebral entera, la sierra con cabellos ensangrentados y piel, cintas de audio donde se oían las torturas y los gritos de las víctimas...

Lo detuvieron y pedían pena de muerte pero una vez más se llegó a un trato con el asesino: Confesión completa de todos sus crímenes a cambio de cadena perpetua. Pero sólo cumplió cuatro años en prisión ya que murió de un ataque al corazón.

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