La leyenda surge en el 516 cuando un monje irlandés llamado San Brendan inicia una expedición en un barco para encontrar islas paradisíacas. Cuentan que Brendan encontró una isla maravillosa y decidió desembarcar y celebrar una misa allí. En el momento en que se intentaba celebrar la misa, el suelo comenzó a temblar como si la tierra tuviese vida propia. Acto seguido la leyenda cuenta que Brendan y los suyos se encontraban a lomos de un ser marítimo enorme, en la que se supone que terminó de hacer su expedición.
A lo largo del siglo XVI no oyen muchos relatos acerca de esta isla que se aparecía, y que cuando intentaban acercarse a sus costas, la isla se envolvía en una bruma espesa y oscura y desaparecía.
A lo largo del siglo XVI no oyen muchos relatos acerca de esta isla que se aparecía, y que cuando intentaban acercarse a sus costas, la isla se envolvía en una bruma espesa y oscura y desaparecía.
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