domingo, 6 de enero de 2013

EL SACRIFICIO DE UN NIÑO

En Guiza (Egipto) una banda de ladrones de antigüedades pidieron ayuda a un brujo de la zona para que les ayudara a encontrar los tesoros en una tumba faraónica que se encontraba en Guiza. El brujo les insistió que para poder encontrar dichas antigüedades era totalmente necesario sacrificar a un niño encima de la tumba del faraón. 

Lo sorprendente es que los ladrones hicieron caso al brujo y pagaron unos 1.000 euros a una mujer para que secuestrase a un niño que sería sacrificado horas después. El niño fue degollado tal y como acordaron, la policía tuvo consciencia de ello porque uno de los miembros de la banda no estaba de acuerdo con el plan y alertó a la policía del suceso. Una vez que la policía había llegado el niño había sido ya sacrificado, encontraron el cuchillo con el que lo sacrificaron y varias antigüedades. Los ladrones se dieron a la fuga.


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